Así no hay docencia que aguante

*Por Docentes de AyL
Cada semana de educación presencial confirma lo que anticipábamos miles de docentes: esta vuelta a la presencialidad sin presupuesto hace imposible que se cumpla cualquier protocolo sanitario y no garantiza los elementos mínimos para fortalecer los golpeados procesos educativos de nuestrxs estudiantes. La educación de 2021 no puede ser como la de 2020, porque no podemos bancarnos otro año con miles de estudiantes sin conectividad ni relación con la escuela, otro año de trabajar todos los días más horas de las que cobramos, otro año con paritarias que nunca le ganan a la inflación… Pero, por la ausencia total de inversión educativa por parte de los gobiernos de la Ciudad, la Provincia y la Nación, esta vuelta a la presencialidad sin presupuesto no sólo no resuelve ninguno de los problemas educativos de 2020, sino que además los profundiza: vamos a otro año de procesos educativos extremadamente limitados, otro año lleno de sobre-trabajo docente no pago y otro año con paritarias que no recomponen nada de lo perdido y, como máximo, le empatan a la inflación.
Rodríguez Larreta, Axel Kicillof y Alberto Fernández abren las escuelas porque los grandes grupos empresarios necesitan a lxs chicxs en las escuelas y a las madres y padres en el trabajo. A ningún gobierno le importa ni qué pasa con la educación de nuestrxs pibxs, ni cuáles son nuestras condiciones de trabajo ni si el salario nos alcanza para llegar a fin de mes. Y lo mismo podemos decir de los sindicatos docentes, que, tanto en la paritaria nacional como en la paritaria de la Ciudad y la Provincia, prefirieron apoyar a los gobiernos antes que pelear contra las penosas condiciones de trabajo, las interminables jornadas laborales y los miserables aumentos salariales que nos imponen los de arriba.
Contra gobiernos que ajustan el presupuesto educativo y sindicatos que no sirven para pelear por nuestras reivindicaciones, tenemos que organizarnos desde abajo. En este sentido, es muy relevante el ejemplo de la paritaria docente de Santa Fe, que fue sometida a una votación entre todxs lxs docentes de la provincia, con urnas en todas las escuelas, y fue rechazada por la mayoría de lxs docentes a nivel provincial (12.000 sobre 23.000) y por el 74,5% de lxs docentes rosarinos (más de 3.800 docentes), que votaron hacer 48 hs de paro las dos próximas semanas (la del 15 y la del 22), y todo esto a pesar de que la dirección del sindicato (la lista celeste, que es la misma de López de UTE o Baradel de SUTEBA) propuso aceptar la propuesta del gobierno.
¿Cuál fue la diferencia entre lo de Santa Fe y lo de acá? ¿Era un aumento peor? No, era un aumento similar al de Nación, Provincia y Ciudad, o incluso un poco superior (en marzo un 18%, contra, por ejemplo, el 12,8% de CABA). ¿Tienen mejores sindicatos o mejores dirigentes? No, tienen los mismos dirigentes gremiales que nosotrxs: la propia Sonia Alesso (secretaria general de CTERA), después de la votación docente, seguía diciendo que “era una buena propuesta”, mostrando así que defiende más al gobierno frente a lxs docentes que a lxs docentes frente a lxs gobiernos. ¿Y entonces cuál es la diferencia entre lo que pasa allá y lo que pasa acá? Lo que marca la diferencia es que, en Santa Fe, la voz de lxs docentes logró expresarse (por lo menos parcialmente, dado que sólo pudieron votar lxs que ya están trabajando de manera presencial).
Nada bueno va a venir para lxs docentes de estos gobiernos y estos sindicatos: organicémonos por abajo, con asambleas virtuales en todas las escuelas, para que se escuche la voz de lxs docentes, esa voz que los gremios quieren callar y los gobiernos temen oír.