Educación ambiental, ley con sujeto tácito

*Por Martín Sabre (docentes de AyL)
El Gobierno Nacional buscará que se apruebe en febrero de 2021 la Ley de Educación Ambiental, que contaría con el consenso de distinto bloques parlamentarios, tal como expresaron varios funcionarios del Gabinete y miembros de la oposición. El texto del proyecto habla de una “perspectiva integral”, de una mirada “eco feminista”, de “participación social”, de propiciar “visiones críticas”, integrar “saberes populares”, “integrar el conocimiento de los pueblos indígenas” además del “conocimiento científico”. Todos conceptos interesantes, aunque hay algunos ausentes que llaman la atención:
1) No hay una sola mención a una de las categorías centrales del problema ambiental en el país y la región: el “extractivismo”. ¿Puede haber una mirada integral sin poner en discusión la matriz productiva nacional? ¿Esfortuita esta ausencia, o es una muestra de hasta dónde llega el ambientalismo progresista?
2) Lo obvio, no hay (auto)referencia al Estado como actor político co-responsable del deterioro ambiental.
La educación ambiental es sin dudas un imponderable, que ya se había metido en las aulas de la mano de una realidad ambiental cada vez más crítica: aguas contaminadas, pueblos fumigados, suelos desertificados, biodiversidad empobrecida, enfermedades de origen animal que pasan a l@s human@s… la lista es tan extensa como próxima, y es deseable que el sistema educativo pueda dar respuesta a estos desafíos.
Sin embargo, la dinámica abarcativa de esta amenaza, propia de la época, hace pensar que se trata de un fenómeno sistémico, es decir, no anclado fundamentalmente en hábitos de las personas o de los colectivos, sino aparejado a un funcionamiento global. ¿Cuáles son las causas de los desmontes, del empobrecimiento de los suelos, de las emisiones de gases de efecto invernadero? ¿Hay relación con el modo de producción a escala planetaria? ¿Se educa en ambientalismo si no se cuestiona ese funcionamiento? ¿Se hace ambientalismo si no se enfrenta ese funcionamiento? ¿Cuál ha sido el rol del Estado Argentino respecto de la sojización, los cultivos transgénicos, el fracking y megaminería a cielo abierto, que horadan los suelos del continente?
La educación ambiental, como otras dimensiones de la educación, será una arena de lucha, que deberá nutrirse de la pelea contra los mecanismos de depredación del planeta y sus garantes, tanto las grandes empresas contaminantes como el entramado de instituciones que las respaldan. Chubut es el ejemplo más reciente de un pueblo plantado contra el Estado -¿educador?- Provincial y Nacional, más la burocracia sindical, para defender el derecho a un medioambiente sano, por sobre el negociado extractivista de Pan American Silver.
El camino para que esas luchas se inclinen a favor de los pueblos está lleno de interrogantes, pero queda cada vez más de manifiesto que los gobiernos, las instituciones del Estado, los aparatos sindicales e incluso los sectores políticos que se atribuyen la voz de la población -desalentando su protagonismo-, son parte del problema. Asumir este aspecto de la pelea también es educación ambiental.