La pandemia en el barrio La Carbonilla
Entrevista a Sara, vecina del barrio
*Por Martín Meis (docentes de AyL)
Hace unas semanas, Sara, una madre de la escuela 22 del distrito escolar 14 de CABA, se contactó con la directora de la institución para pedir donaciones de los bolsones que sobraban o productos de limpieza para llevar al barrio “La Carbonilla”. Así fue que me junté con Sara y distintas vecinas para alcanzarle los productos que había juntado la escuela, y tuve la suerte de escuchar por qué estaban haciendo esta colecta y cómo la estaban repartiendo. Tal es así que decidí hacerle una entrevista que está a continuación:
¿Cómo es la situación que está viviendo el barrio “La Carbonilla” frente a la pandemia?
Hubo muchos contagios. Hoy por hoy se están haciendo los testeos sólo a los más sospechosos. Hay alguna ayuda del Ministerio de Desarrollo que trae víveres que reparten hasta donde alcance, porque no manda en su totalidad. Los comedores están buscando ayuda de otra parte porque desde el Ministerio no les están bajando las raciones que realmente ellos reparten diariamente. Entonces los comedores también nos están pidiendo ayuda: donaciones de bandejitas, papel film, un montón de cosas que ellos necesitan y bueno, ellos también buscan ayuda por otro lado a través de sus redes sociales y así, remándola todo el tiempo.
Hubo mucha gente que se quedó sin trabajo, Fue bastante angustiante, lo viví en experiencia propio, porque yo también me quedé sin trabajo, yo también recurrí a los comedores para llevarles el pan a la mesa a mis hijos. Entonces es algo que te mueve, algo inexplicable. Así que nada, el hoy por hoy la estamos remando todos. El barrio allí va, con casos de contagiados, con casos de sospechosos… Nosotros vivimos en un pasillo que tiene salida a la calle Espinosa, por precaución no vamos tanto al barrio y salimos por esa calle. Solo en este pasillo somos aproximadamente 33 familias y que tenemos salida a la calle Espinosa y al barrio La Carbonilla.
Hay mucha gente muy necesitada y que necesita en serio, porque soy testigo de eso. Los comedores están olvidados, hay muchos que están a punto de cerrar, hay otros que cerraron y los que quedaron no dan abasto porque el ministerio les baja un número de raciones, pero los comedores están entregando hasta cuatro o cinco veces más de las raciones que les envían. Las familias son de cinco o siete los integrantes.
Es una lástima que muchos comedores hayan cerrado. Fue muy angustiante verlo. Y la gente… ¡No sabés cómo camina! Filas y filas desde las 10 de la mañana, para tener un lugar, ya que a las 13 reparten la comida. Es bastante angustiante, ojalá termine todo esto bien. Pero los comedores no se dan abasto. Yo no se que espera el gobierno, no soy partidaria de ningún partido política, pero aquí el gobierno hace oídos sordos y los referentes también.
¿Podrías contarnos por qué decidieron organizarse entre las vecinas y cómo fue que lo hicieron?
En principio, fue una vecina que vive adelante de mi pasillo, de acá del barrio La Carbonilla, ella tuvo la magnífica idea de publicar que el barrio necesitaba ayuda en su Facebook y otras redes sociales. Entonces, mucha gente de afuera nos hizo llegar las ayudas. Así que ella se comenzó a organizar con otras vecinas de acá, incluyendo a mi hermana. Fue así como ellas comenzaron a recolectar ropa, víveres, hasta barbijos, porque nos encontramos con una señora que nos regaló cien barbijos, gorritos, bufandas y otros productos. Viendo lo que hacía mi hermana, le pregunté. De curiosidad le pregunté. Entonces me contó la historia de cómo se había iniciado. En la charla me dice: “¿Por qué no le dices a la directora del colegio si nos puede donar algunos bolsones para el barrio?”. Y bueno, fue así como me inicié. Le escribí a Alejandra, la directora, y enseguida me respondió diciéndome que sí, que ella me apoyaba. Desde entonces me incliné a colaborar con ellas, a apoyarlas, y lo que hicimos fue repartir todo lo conseguido a todos.
Alejandra me apoyó con los bolsones. Empecé a dar vuelta al barrio y vi que se necesitaba lavandina para que limpien. Es más: cuando el colegio me dona lavandinas recorrí sitios que nunca había llegado y me di cuenta que la villa estaba creciendo también, que ya no era hasta donde colinda con el tren, sino que se había expandido un poquito más. Me metí en lugares que en mi vida había cruzado y vi la necesidad de la gente.
Repartimos todo y alcanzo por suerte… Alcanzó hasta lo mínimo. La gente estuvo muy agradecida. Hasta el día de hoy me ve y me agradece, pero siempre hice hincapié de que no era ningún referente, ningún partido político, sino que eran personas ajenas al barrio que nos estaban donando para el barrio. Gracias a esa ayuda, la gente pudo limpiar.
Cuando repartimos los víveres, siempre tomábamos nuestros recaudos. Hoy por hoy, nosotras paramos un poquito con las donaciones, porque había muchos contagiados en los comedores y en los merenderos. Nosotras tenemos familia y nos tenemos que cuidar. Nosotras paramos por precaución a raíz de que se expandió el virus en nuestro barrio. Hubo muchos contagiados.
Quiero agradecer a la escuela y a las personas que enseguida nos escucharon y difundieron lo que estamos haciendo. ¡Esperamos contar como siempre con su apoyo incondicional!