Ni sobretrabajo virtual ni coronavirus en las aulas
*Por Docentes de AyL
Como resultado del vaciamiento histórico de la educación pública, somos lxs docentes quienes, con jornadas de trabajo cada vez más extensas, sostenemos la escuela pública. Desde hace décadas es así y cada vez se acentúa más. Pero, desde el comienzo de la cuarentena, la educación pública recayó más que nunca en el sobretrabajo de lxs docentes. La cuarentena instaló una clara tendencia que se profundiza con el paso de las semanas: la jornada laboral docente se estira semana a semana mientras nuestros salarios comienzan a quedar por detrás de la inflación. La educación virtual no es la misma educación de siempre por un medio diferente: lxs docentes tenemos cada vez peores condiciones de trabajo y de vida, y la educación que reciben nuestrxs pibxs es cada vez más limitada.
La enorme mayoría de lxs docentes venimos acumulando un malestar cada vez más grande con esta situación, pero quienes criticamos esta situación tenemos un problema: la posible vuelta a clases, que podría aliviar nuestro estrés cotidiano, viene de la mano de un intento de exponernos (a docentes y estudiantes) al contagio del coronavirus. Porque los intentos de volver a las aulas lo antes posible no buscan mejorar la educación que reciben nuestrxs pibxs ni las condiciones de trabajo de lxs docentes: responden al mismo interés empresario que presiona a los gobiernos para que lxs trabajadorxs vuelvan a trabajar y así aumentar sus ganancias, y para eso necesitan a lxs chicxs en las escuelas. No les importa la educación: necesitan una guardería para lxs hijxs de lxs trabajadorxs. Por eso insisten una y otra vez con cuándo vuelven las clases, cuando lo que tendríamos que discutir urgentemente es cómo vuelven las clases. Y lxs docentes tenemos que tener un rol central en esa discusión.
Nos quieren llevar a una trampa: no podemos aceptar que la alternativa al sobretrabajo virtual sea la exposición al coronavirus, ni que la alternativa a exponer nuestra salud física sea seguir dañando nuestra salud mental. No podemos aceptar que nos hagan elegir entre algo que ya sabemos que es muy malo o la posibilidad de algo que podría ser mejor pero también puede ser mucho peor.
En los últimos días, hubo una paritaria nacional docente en la que se discutieron dos cuestiones: el alivio de la carga laboral virtual de lxs docentes y la necesidad de la fecha y las condiciones de la vuelta a clases en cada distrito sea acordada con la docencia de cada distrito. ¿Cómo hacemos para que lo que termine sucediendo con temas tan relevantes como estos no quede solamente en una declaración de buenas intenciones?
No podemos esperar que nos regalen ninguna mejora ni en nuestras condiciones de trabajo ni en nuestros salarios. Tenemos que reunirnos, aunque sea de manera virtual, todxs lxs docentes de cada escuela y establecer nosotrxs mismxs los límites que la vamos a poner al sobretrabajo virtual en cada escuela. Tampoco podemos esperar a que Larreta nos convoque a todxs lxs docentes para acordar la fecha y las condiciones de la vuelta a clases. Podríamos esperar, como mucho, que la voz de lxs docentes sea tan poco escuchada como en las paritarias, en la que tiene cierto peso la voz de los sindicatos pero no existe la voz de lxs docentes. Si la vuelta a clases queda en manos de una reunión entre Larreta y los sindicatos, va a terminar quedando en manos de Larreta, y no podemos permitir que sea Larreta quien decida por nosotrxs cuándo volvemos, cómo volvemos, en qué condiciones y con qué riesgos volvemos. Somos nosotrxs quienes vamos a ponerle el cuerpo a la vuelta a clases y tenemos que ser nosotrxs quienes decidamos cómo y cuándo va a suceder.