Elecciones en UTE: Para enfrentar lo que viene, necesitamos un sindicato donde todxs lxs docentes decidamos

Las y los docentes ¿tenemos expectativas en estas elecciones?
El próximo 10 de octubre se desarrollarán las elecciones en UTE. Se supone que una elección donde lxs trabajadorxs tienen la posibilidad de elegir a sus “representantes” debería ser un hecho de magnitud. Mucho más en este contexto de ajuste y donde las perspectivas no son para nada alentadoras. Sin embargo, estas elecciones se parecen mucho más a un ritual y una exigencia estatutaria que a una verdadera instancia de deliberación, participación y protagonismo de las y los docentes. Desde ya que no es un hecho que se circunscriba al gremio, basta con echarle una mirada a lo que son las elecciones nacionales para comprobar cómo el pueblo deposita cada vez menos expectativas en lo electoral. La crisis de representación atraviesa todas las instituciones mientras por abajo se degradan sin pausa nuestras condiciones de vida. Y así como los pueblos no deciden nada en estas democracias representativas, lxs docentes tampoco contamos con verdaderos espacios de decisión en el sindicato.
Por eso es tan importante pensar y debatir con qué herramientas gremiales contamos para defender nuestros salarios, nuestras condiciones de trabajo y la educación pública en general. La crisis económica y el ajuste son brutales, y lo que se viene puede ser peor. ¿Nos sirve un sindicato donde la mayoría de la docencia no decide nada y quienes sí deciden todo, o casi todo, son sus dirigentes? ¿Nos sirve que las conducciones sindicales nos convoquen desde arriba, sin consultarnos, a medidas de fuerza que sabemos de antemano que no van a tener continuidad? ¿Nos sirven los actos convocados por la Celeste, súper reducidos, solo para escuchar sus discursos? ¿Cuántas veces nos han convocado para escucharnos a nosotrxs, a la docencia en general? ¿Y cuáles han sido los resultados en todo este tiempo con estas prácticas? No solo venimos perdiendo salario contra una inflación imparable, no solo se fueron deteriorando nuestras condiciones de trabajo, sino que además sectores políticos profundamente reaccionarios, como lo expresan las actuales candidaturas de Milei y Bullrich, se aprovechan del desprestigio de la dirigencia gremial vinculada al PJ-kirchnerismo para avanzar contra la educación pública. Incluso Cristina Fernández y Massa han cuestionado recientemente a la docencia que para y lucha en defensa de su salario y condiciones de trabajo (el mismo candidato de UxP instó a “ordenar” para que no haya paros “cada dos semanas”). O sea que han puesto a lxs que luchan por la educación pública como responsables del deterioro de la misma. ¿Cómo revertimos todo este escenario hostil? ¿Con la Celeste? ¿La misma conducción que nos trajo hasta acá? ¿Con la CTE-Púrpura, que no es sino un desprendimiento de la conducción oficial vestida ahora como “opositora” pero tan responsable como aquella de sostener un sindicato verticalista, burocrático, donde el poder de las decisiones queda siempre circunscripto a un puñado de dirigentes? Basta ver lo que son estas elecciones y las acusaciones cruzadas de maniobras y mecanismos fraudulentos como botón de muestra de que allí no hay otra cosa más que una disputa de facciones vinculadas a diferentes expresiones del PJ. ¿De qué le sirve todo esto a la docencia para pelear contra lo que viene? De vuelta, ¿cómo revertir esto? ¿cómo construir desde abajo algo diferente?
Docentes autoconvocadxs muestran un camino…
En los últimos años hubo varias luchas provinciales de la docencia autoconvocada. Han sido búsquedas por abajo en respuesta a la inmovilidad de sus conducciones. Lo hemos visto recientemente en Salta y de alguna manera también en Jujuy. Expresiones contradictorias propias de la etapa: por un lado mostrando las fortalezas que podemos tener cuando luchamos desde abajo, por el otro los límites que todavía sigue imponiendo la dependencia con organizaciones tradicionales y verticalistas. El conflicto en Jujuy lo puso en superficie. La enorme lucha de la docencia se encontró con el obstáculo, primero, de las direcciones provinciales que pudieron contener el conflicto, pero también, y fundamentalmente, con CTERA, que pudiendo convocar a un plan nacional de lucha para solidarse con las y los docentes jujeños, aisló por completo el conflicto debilitando sustancialmente su lucha. Así y todo esas experiencias desde abajo y autoconvocadas nos tienen que interpelar no solo a seguir su ejemplo, sino a desarrollarlo y llevarlo a fondo. Un camino que requiere organización desde abajo para construir espacios y mecanismos donde toda la docencia decida horizontalmente. Creemos que ese es el sindicato que necesitamos. Una forma de organización sindical que no esté plagada de filtros y trabas estatutarias que impiden que decidamos desde abajo, sino al contrario, mecanismos de decisión directa en cada escuela, primero, luego con formas de articulación distrital, y todo al servicio de alentar dinámicas donde las decisiones vayan de abajo hacia arriba. Con delegadxs con mandato. Revocables en cualquier momento. Que sean solo transmisores de las decisiones tomadas horizontalmente por cada colectivo docente. Que, en igual sentido, tengamos paritarios que no decidan por su cuenta, sino que sean la voz de lo que decida la docencia en su escuela.
La pelea por un sindicato donde decidamos todxs
Pero no pensamos todo esto como un programa abstracto, sino como un horizonte de lucha. Que tenga una sola y gran bandera: “por una organización sindical donde decidan todxs lxs docentes sin dirigentes”. El “cómo” lo iremos construyendo y creando desde abajo. Transicionalmente. No se hace de la noche a la mañana. Ni surge de la cabeza de ninguna iluminada o iluminado. Pero todo camino, por más largo que sea, comienza dando un primer paso (aunque la lucha autoconvocada docente ya ha dado algunos en ese sentido…). Empezar a juntarnos con el compañero o la compañera de escuela. Agruparnos con cada uno y una que esté de acuerdo en que nuestras decisiones son irremplazables. Juntarnos las y los que no queremos que decidan por nosotras y nosotros.
Las y los compañeros que integran la lista Multicolor (distintas organizaciones de izquierda) que se presentan como alternativa a la oficialista de la Celeste y la ex-oficialista de la CTE-Púrpura, realizan críticas que compartimos. Coincidimos en el cuestionamiento que le realizan a las dos listas sobre los sistemáticos mecanismos de contención que en la práctica sirvieron para dejar pasar el ajuste a la educación pública durante todos estos años, y también coincidimos en cuestionar los vínculos y la falta de independencia que ambas listas mantienen con el PJ y con un gobierno que ha llevado adelante un ajuste brutal de la mano del FMI (¿quién les dio el mandato para respaldar a un gobierno o fuerza política determinada? ¿en nombre de quiénes?). Sin embargo, los planteos y la forma de construcción que tiene la Multicolor no tiene como punto central la pelea por que toda la docencia decida. Es decir, no apuntan a romper esa lógica de dirigente-dirigido que desde nuestra agrupación tanto cuestionamos. Llevando adelante prácticas que en los hechos no estimulan la participación y la decisión horizontal del conjunto. Las “asambleas” de Ademys pueden ser un ejemplo de ello. Supuestos “espacios de decisión” donde en rigor las decisiones ya están tomadas de antemano. O las convocatorias a paros decididos por su conducción que en los hechos sustituye la decisión de la mayoría de la docencia. Y lo peor de todo es que son mecanismos que se han naturalizado.
Por todo esto, desde AulayLucha queremos aprovechar esta instancia no para poner en discusión nuestra “receta de soluciones”, sino para volcar un problema, un gran problema que tenemos por delante: ¿cómo construimos desde abajo una verdadera alternativa para conquistar un sindicato donde decidamos todxs y enfrentar así, con mayores fuerzas, los ataques del poder político y económico? Para empezar a responder esta pregunta tenemos que dejar de mirar para arriba, y mirar al costado. Con el compañero y la compañera que esté dispuesto a transitar este camino de lucha. Mientras más seamos, mejores y más potentes respuestas encontraremos. Y mucha más fuerzas para enfrentar los actuales ajustes y las posibles salidas violentas y reaccionarias que puedan venir en un futuro gobierno.