Capitalismo por otros medios
*Por Martín Sabre (docentes de AyL)
Según un informe oficial del Ministerio de Ambiente, el 95% por ciento de los incendios se produce por causas antrópicas, es decir, están vinculados con la acción humana, ya sea por acción directa (los fuegos llamados “intencionales”) o –lo que no menciona el documento– por la generación de condiciones que aumentan las probabilidades de incendios (la ausencia de una planificación colectiva y sustentable de desarrollos urbanos y productivos, y su contracara, la planificación corporativa ordenada en torno a la obtención de utilidades).
En el caso de los incendios de la Comarca Andina, la investigación acerca del desencadenante es una necesidad inmediata para reconstruir la cadena de responsabilidades, pero no debería transformarse en un pretexto para dejar pasar las causas primarias de la recurrencia de los crímenes ambientales y sociales perpetrados en el país.
Existen al menos dos leyes nacionales (Ley de Manejo del Fuego -26815- y Ley de Bosques -26331-) cuya letra contempla acciones de prevención y de intervención sobre incendios consumados. Y sin embargo no son efectivas ni en la prevención ni en la sofocación. ¿Bastaría con “mejorar” las leyes existentes o agregar leyes nuevas? El problema no parece jurídico, tampoco la solución.
Cualquier abordaje que se pretenda serio debe incorporar una mirada integral de la problemática: ¿hay un futuro sustentable si no se enfrenta el negociado inmobiliario y las diversas formas de extractivismo? ¿Quién y cómo se decide acerca del uso productivo del territorio? ¿Para quién juegan los gobiernos y las burocracias sindicales que golpearon a los manifestantes que fueron a reclamar al poder ejecutivo? ¿no debe surgir del pueblo la manera legítima de controlar las prácticas que intervienen sobre el medio ambiente? ¿El Estado tiende hacia ese horizonte democratizante o –en el mejor de los casos- emparcha con instrumentos formales, porque hacer cuestionamientos de fondo requiere ponerse a sí mismo en cuestión?