¿Qué pasó con el salario docente?
*Por Docentes de AyL
Lxs docentes de la Ciudad venimos de una situación muy compleja: mientras remábamos contra la corriente desde nuestras casas para sostener la educación virtual, tuvimos que pelear contra el intento del gobierno de volver a la presencialidad en pleno pico de la pandemia. Con una imponente reacción autoconvocada en casi todas las escuelas y en la mayoría de los distritos de la Ciudad, logramos que no se arriesgue nuestra salud y la de nuestrxs estudiantes en el pico de los contagios, y postergamos ese riesgo durante muchas semanas. Fue una victoria parcial, pero muy importante: nos mostró lo mucho que somos capaces de lograr cuando nos autoconvocamos desde abajo.
Mientras peleamos por sostener la educación pública y por defender nuestra salud y la de nuestrxs pibxs, nuestro salario, como los de todxs lxs trabajadorxs, se fue quedando por detrás de la inflación. Sólo en los últimos cinco años, nuestro salario real perdió 27% de su valor adquisitivo, es decir, hubo 27% más de inflación de lo que hubo de aumentos salariales, y todo esto sobre salarios que ya eran insuficientes. Y, sobre el 27% de pérdida de poder adquisitivo del salario, la tercera parte (poco más del 9%) fue a lo largo de este año, sin contar el aguinaldo en cuotas. Es por eso que hace unos días recibimos un bono proporcional de, aproximadamente, un 7,5% del salario, que es tan miserable como insuficiente. Lo pagaron por única vez, pero, incluso si el bono se incorporara al salario, todavía quedaríamos este año nuevamente muy por detrás de la inflación. Sólo para empatarle este año a la inflación, necesitaríamos este mes un aumento inmediato del 15% (el doble del bono miserable de Larreta).
Pero, si peleamos sólo por empatarle la inflación, vamos a salir perdiendo de nuevo. Las últimas medidas del gobierno para impulsar que los pools de siembre liquiden la soja y entren más dólares al país se basan, fundamentalmente, en una mayor devaluación que, como ha pasado siempre, producirá nuevos saltos inflacionarios. No podemos protegernos contra el salto inflacionario que se viene sin una cláusula gatillo, y, si hay algo que seguro no nos va ofrecer Larreta voluntariamente, es una cláusula gatillo.
Algunos gremios están sugiriendo patear la discusión al próximo comienzo de clases. ¿Podemos esperar hasta marzo? Y si, por la pandemia, las clases presenciales no pudieran empezar en marzo, ¿seguiríamos esperando? Llevamos años tratando de hacer lo que proponen los sindicatos, esperando cuando nos dicen que hay que esperar y parando cuando nos dicen que hay parar, y fue así que Larreta logró sacarnos 27% del salario.
Si seguimos “acatando” las decisiones de los plenarios de UTE y las asambleas de Ademys, nuestro salario va a seguir perdiendo contra la inflación: para defender y recomponer nuestro salario, tenemos que retomar el camino con el que logramos frenar la vuelta a la presencialidad en plena pandemia, una lucha que no ganamos obedeciendo a ningún sindicato, sino autoconvocándonos desde abajo en cada escuela. ¡Autoconvoquémonos por escuela y por distrito, y organicemos desde abajo la lucha por la recomposición del salario docente!