Un día de duelo no va a evitar más muertes docentes

* Por Docentes de AyL
La triste noticia de la muerte de Jorge Langone, docente de la Técnica 13 de Lugano, sacudió a toda la docencia. No impacta por ser un hecho impensado, sino por ser un caso extremo que confirma y profundiza los miedos que se respiran en las escuelas con cada día de presencialidad.
No fueron pocos los familiares de docentes que murieron por contagios producidos en la escuela, por una presencialidad impuesta sin un presupuesto que garantice los cuidados mínimos que requiere cualquier protocolo. La muerte de Jorge pone en evidencia que los gobiernos de Nación y Ciudad (que hipócritamente dicen que la educación es su prioridad) imponen protocolos que no minimizan la exposición a los contagios, una realidad que los gobiernos buscan mantener en las sombras. Tal es así que el mismo día de la muerte de Jorge, como una burla llena de sarcasmo, se podía escuchar al Jefe de Gabinete Nacional expresar desde Olivos que “las actividades educativas son prioritarias, necesitamos continuar con la presencialidad”. Tampoco desde el Gobierno de la Ciudad hubo, hasta ahora, ninguna acción concreta.
La indignación y la bronca en la docencia son mayoritarias. Necesitamos urgente una respuesta colectiva de lucha por un cambio inmediato en nuestras condiciones de trabajo, algo que con seguridad no va a surgir de las convocatorias de UTE (cese de tareas) y Ademys (paro de 24 hs), que parecen más un día de luto que medidas de lucha, porque empiezan hoy y terminan mañana sin haber logrado nada.
La presencialidad, así como está planteada, no va más. A partir de hoy, se abren dos posibilidades: o logramos construir desde cada una de nuestras escuelas una lucha colectiva que modifique nuestras actuales condiciones de trabajo, o el gobierno avanza en la flexibilización del protocolo, con más chicos y con menos cuidados, mientras crece la segunda ola de COVID. Si lo único que hacemos lxs docentes es esperar y acatar las convocatorias de los sindicatos, la muerte de Jorge va a terminar siendo la primera de una lista cada vez más larga. Debemos hacer lo contrario a acatar pasivamente los paros convocados desde arriba por los gremios: debemos organizarnos desde abajo, con asambleas virtuales en cada escuela, para construir desde abajo la fuerza que pueda ganarle la pulseada a la política asesina del gobierno.